CNFL promueve la cultura y aporta al arte costarricense

Jorge Eduardo Amaya Araya, es casado con Dunia De la O, y padre de Rubén y Ricardo. De niño tenía pasión por el arte, pero no fue sino cuando sus hijos iniciaron clases en la casa del artista, que se animó a plasmar en un lienzo lo que él ha llamado “Embarrar pintura”. Durante su vida ha tenido la posibilidad de aportar su talento en diferentes espacios tanto cívicos como eclesiásticos.

Su paso por la casa del artista fue de mucha motivación personal, aunque reconoce que por la dinámica de la institución no se avanzaba al ritmo que esperaba. De manera que una vez que había pasado un año y medio en la escuela de arte, fue referido al reconocido pintor costarricense Roberto Salazar, quien le dio clases de pintura por espacio de dos años, condicionándole a que le enseñaría la técnica del óleo, pero con base en acuarela. Él creyó que ese no era el momento de entender nada, solo de obedecer, y es de esta manera como se consolida la aventura por el mundo de la pintura.

A lo largo de 20 años ha tenido la oportunidad de plasmar sus obras, las cuales, y gracias a su actividad primaria, ha podido compartir en diferentes lugares dentro y fuera del país.

Hoy agradece profundamente a Dios y a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, y a cada uno de los encargados de promover este lindo y oportuno espacio, por permitir dar a conocer parte de lo que le apasiona, como él bien lo manifiesta, ser un imitador de la obra original del Creador a través de las diferentes técnicas de la pintura, destacando “Óleo”, “Acrílico” y “Acuarela”